Tod@s hemos hablado alguna vez del amor incondicional entre humanos, much@s de nosotr@s incluso habremos sentido que amábamos incondicionalmente a otro humano... o que otro humano nos amaba incondicionalmente a nosotr@s.
Afortunad@s aquell@s que conocen el amor incondicional.
En nuestros tiempos y en nuestra sociedad, este tipo de amor es el menos vivido. Por lo tanto, voy a hablar del amor condicional, que es aquél de...
- Te amaré siempre, a no ser que te acuestes con otr@.
- Te amaré siempre, a no ser que trabajes muchas horas.
- Te amaré siempre, a no ser que seas estéril.
- Te amaré siempre, a no ser que te quedes sin trabajo.
- Te amaré siempre, a no ser que sigas roncando.
- Te amaré siempre, a no ser que...
A grosso modo, se me entiende, ¿verdad? Alguien con quien he ido entablando amistad los últimos tiempos me ha dado un par de buenas lecciones respecto a todo este asunto, desde aquí, muchas gracias.
Todos los animales tenemos ciertas necesidades y ciertos deseos. En este caso centrémonos en el ser humano. Nosotr@s a menudo necesitamos contacto físico, a veces palabras de aliento, a veces solo sexo, también reconocimiento... en algunas ocasiones deseamos más éxito laboral, o social... estar un rato sol@s, quizá incluso que nuestros nombre sea recordado por cuanta más gente mejor... todo lo que necesitamos y deseamos forma quienes somos y quienes queremos ser, lo cual a veces conduce a quienes seremos realmente en el futuro.
Si amamos realmente a otra persona, si la queremos, si la respetamos... debemos aceptar SIN CONDICIONES todo lo que es y lo que quiere ser. Lo que será, cuando llegue ya lo veremos, pero el aquí y ahora lo conocemos y no debemos querer modificarlo.
Hace poco hablaba con esta persona que me ha enseñado tanto en tan poco tiempo, y me daba cuenta de que cuando te sientes bien al lado de alguien y ese alguien se siente bien al tuyo... sois un par de afortunad@s. ¿Cuando se rompe toda la mágia? En el preciso instante en el que, tras la frase: "sí, si yo l@ quiero mucho... es muy especial para mí..." encontramos un "pero...", ahí, en ese momento el amor deja de ser incondicional.
Cuando empecé a darle vueltas a todo esto me pareció un tema muy complejo... incluso utópico porqué yo misma no me veía capaz de dejar de esperar algo de alguien ni de dejar de pensar que sería mejor si ese alguien hiciera tal cosa que no hace o fuera de tal manera que no es... y seguían golpeando mi mente frases como: si se acuesta con otr@ l@ dejo, si no me llama paso, si sigue comportándose así me desentiendo... y ahora estoy por fin entendiendo que esa es la esencia de la persona a la que tanto quiero, esa que estoy criticando y tratando de modificar... así que tal vez no l@ quiero tanto... o tal vez solo debo aceptarl@ tal cual y decidir si es una persona a la que quiero cerca o no...como siempre he defendido, sopesar en una balanza y ver qué resultado obtengo.
Tal vez así y solo así, empiece por fin a amar incondicionalmente como hacen otros animales como por ejemplo los perros... cuánto tienen ellos para enseñarnos...
Os deseo 0 condiciones en vuestras relaciones personales a tod@s.
Laia García Aliaga
