Datos personales

Mi foto
Vilanova i la Geltrú, Barcelona, Spain
Soy abogada, vegana y tengo muchas ganas de vivir la vida. Soy activista por la consideración moral de todos los animales, me enamoran los tatuajes, me fascinan los idiomas, estoy enamorada del amor, me apasiona reír y debatir, nunca digo nunca, no le temo a lo que deseo, soy cinéfila y me encanta la música... y me rijo por algunas premisas como: "¿Por qué no?" y "La vida es el 10% lo que te pasa y el 90% como te lo tomas". Soy feliz. :)

miércoles, 16 de noviembre de 2011

De lleno en mi mundo amarillo.



Gracias Albert Espinosa por escribir un libro que me ha dado vida, que ha puesto nombre a todo lo que siempre he pensado, sentido e imaginado y que ha marcado un antes y un después en mi vida. Te lo dije cuando te conocí en mi ciudad y te lo repito ahora.

"...el mundo amarillo. Un sitio cálido donde los besos pueden durar diez minutos, donde los desconocidos pueden ser tus mejores aliados, donde el contacto físico pierde su connotación sexual, donde el cariño es algo tan cotidiano como comprar el pan, donde el miedo pierde su significado, donde la muerte no es eso que les pasa a los demás, donde la vida es lo más valioso, donde todo está donde tú quieres que esté."

"Este mundo funcionaría mejor si hubiera más abrazos y caricias...El abrazo amarillo consiste en abrazarse aproximadamente dos minutos. Y sentir la respiración de la otra persona. Es importante sentir la respiración."

"Ver despertar a alguien es media vida amarilla."

Este libro y todo lo que en él se explica me caló muy hondo cuando en mayo de 2010 lo leí por primera vez. A fecha de hoy voy por la quinta lectura del mismo y os aseguro que no soy una devoradora de libros, pero este es mi biblia.

Gracias a este libro creé mi mundo amarillo, empecé a encontrar/reconocer a mis amarillos y a vivir la vida de forma más intensa... o mejor dicho, más real, más de verdad. Gracias a este libro y a Sandra, especialmente.

Ahora por fin entiendo que hay que demostrar los sentimientos, que no hay que tener miedo... a veces me invade de forma temporal pero soy siempre capaz de alejarlo porque como el mismo Albert comenta en su libro, el miedo y el dolor existen porqué así lo creemos y lo creamos. En ningún caso existen ambos conceptos como tales. Y por fin estoy aprendiendo a entender que lo que siento no es miedo, sino impaciencia.

Estoy harta de sentir que quiero un abrazo y no darlo... pero a veces es tan complicado... ¿por qué a los humanos nos cuesta tanto? Los demás animales se comportan según lo que sienten y nosotros solemos incomodarnos cuando alguien llora, cuando nos piden consuelo, cuando nos lo dan, cuando debemos pedir perdón o incluso cuando nos lo piden...

Y creo que tras un año y medio construyendo mi mundo amarillo (que obviamente seguirá en construcción toda mi vida) ya va tocando ponerlo realmente en práctica.

Ahora si quiero verte, te lo pido. Si quiero oirte, te llamo. Si quiero que me ayudes, te pido ayuda y si quiero ayudarte, no me muevo de tu lado. Por fin he entendido que no es justo decidir por los demás y que tampoco lo es adelantar acontecimientos y poner en duda lo que alguien te dice.

Es especialmente triste que las relaciones humanas sean tan complicadas porqué así las hacemos, no porqué esa sea su esencia.

Os invito a todos a leer este libro, esta biblia (palabra muy católica para mí, no? Bueno, ya entendéis a qué me refiero) y a empezar a construir vuestro mundo amarillo. Dejaros llevar, vivid el momento... quiero que riáis, que lloréis, que beséis, que améis, que peleéis...

Y como dice Emilio Duró, del que os citaré algo de forma ámplia otro día... estamos atocinados. Hay que vivir!

Gracias a mis tres amarillos por serlo, simplemente por serlo. :)

Feliz vida amarilla a todos y todas.

Laia García Aliaga

No hay comentarios:

Publicar un comentario