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Soy abogada, vegana y tengo muchas ganas de vivir la vida. Soy activista por la consideración moral de todos los animales, me enamoran los tatuajes, me fascinan los idiomas, estoy enamorada del amor, me apasiona reír y debatir, nunca digo nunca, no le temo a lo que deseo, soy cinéfila y me encanta la música... y me rijo por algunas premisas como: "¿Por qué no?" y "La vida es el 10% lo que te pasa y el 90% como te lo tomas". Soy feliz. :)

sábado, 19 de noviembre de 2011

Jornada para la reflexión.



Hoy es una jornada para la reflexión. Cada uno debe pensar en sobre qué reflexiona, porque 24 horas no dan para mucho...

A mí no me apetece pensar en política hoy, la verdad... sé que es lo que toca pero no me apetece y me caracterizo por no hacer nada (o casi nada) que no me apetezca.

Yo hoy reflexionaré sobre la sinceridad

Si realizaras una encuesta sobre la importancia de la sinceridad, la gran mayoría de los encuestados te dirán que la sinceridad es imprescindible en una pareja, en una relación de amistad, en el ámbito familiar y algunos incluso añadirán en el trabajo. Yo siempre lo he defendido a capa y espada pero hoy quiero matizarlo... porqué la única sinceridad realmente imprescindible para mí es la sinceridad con uno mismo. Es uno de mis nuevos descubrimientos.

A partir de ahí, sí es cierto que recomiendo que seamos sinceros a los que nos rodean, sean o no seres queridos, porqué en realidad, ¿quién inventó la mentira? ¿Y con qué fin? ¿Y qué le aportó? 

Ahora olvidad el término "mentira"... olvidad de hecho el concepto en sí mismo... ¿cómo explicaríais qué es la mentira sin usar su término ni su concepto? Si no podemos usar el concepto, no podemos decir que mentir es faltar a la verdad ni nada parecido. Yo me decantaría, en este caso, por decir que mentir es perder el tiempo. Así lo definiría yo sin usar ni la palabra ni su significado socialmente conocido. Y tal vez añadiría que mentir es atraer problemas gratuítamente, regalar dolor y decepción.

Cada vez que uno de nosotros va a mentir por algo o por alguien considero que debe analizar muy bien los pros y los contras... pensar en el motivo de su acto de mentir, qué pretende conseguir y, a su vez, las consecuencias (no solo las posibles, sino también las probables y no solo a corto plazo sino también a largo). Una vez realizado este ejercicio mental o escrito en un cuaderno, debemos decidir si queremos perder así el tiempo.

Las mentiras acaban estallando, siempre. No soy capaz de nombrar ninguna mentira en mi entorno que aun no haya salido a la luz y dado problemas a quien la pronunció... y si hay alguna, os invito a esperar 10 años más... 20 años... o toda la vida, para probar que realmente acabará saliendo a la luz y provocando un dolor que no era necesario.

Yo siempre digo que las verdades me duelen una vez, pero que las mentiras me duelen cada vez que las recuerdo. ¿No estáis de acuerdo? Pues no creáis que sois los únicos en sentir eso y añadid este razonamiento a vuestro análisis previo a la mentira que saldrá por vuestra boca (o por vuestros dedos).

Os dejo. Voy a seguir reflexionando...

Os deseo sinceridad a todos, 0 pérdida de tiempo y que regalés solo sentimientos bonitos.


Laia García Aliaga

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